El carbón es la mayor fuente de energía del mundo para generar electricidad a pesar del daño que causa a los ecosistemas locales, incluida la calidad del aire, el suelo y el agua.
En los Balcanes Occidentales, la expansión de la energía del carbón ha obligado a comunidades a reubicarse y a otras a llevar una existencia precaria. Miles de personas se han visto afectadas por la erosión del suelo, las inundaciones y el empeoramiento de la calidad del aire. Muchos no han sido reubicados ni indemnizados equitativamente, a pesar de haber perdido sus medios de subsistencia, visto cómo sus casas se derrumbaban a su alrededor y padecido enfermedades relacionadas con el carbón.
Aparte de su importante impacto en la calefacción mundial, la minería y la energía del carbón amenazan los derechos humanos acordados internacionalmente, en particular el derecho a un medio ambiente sano, el derecho al agua, el derecho a la salud y el derecho a la alimentación y la nutrición.
Los Balcanes Occidentales registran algunos de los niveles de contaminación atmosférica más elevados de Europa. Serbia y Bosnia y Herzegovina obtienen la mayor parte de su energía de combustibles fósiles, especialmente del carbón de producción nacional.
Aunque la mayoría de estas centrales eléctricas de carbón se construyeron durante la época de Yugoslavia, en los últimos años han estallado polémicas por la irresponsable financiación china de nuevos proyectos que incumplen con creces las normas medioambientales nacionales e internacionales.
FIAN Internacional apoya a los grupos locales de la sociedad civil y a las comunidades afectadas que luchan por que se haga justicia: reubicación, indemnizaciones justas, evaluaciones legítimas del impacto ambiental y una eliminación progresiva de la energía de carbón en consonancia con la Agenda Verde de la Unión Europea para los Balcanes Occidentales.