Con los pesticidas contaminando el planeta, la gente pone en práctica los sistemas alimentarios libres de agrotóxicos
Mientras las empresas transnacionales, motivadas por el beneficio económico, continúan envenenando el planeta y nuestros cuerpos a través de alimentos procesados cargados de agrotóxicos, personas de diferentes sectores y regiones han sumado fuerzas y han puesto en marcha soluciones que buscan liberar a las comunidades del uso y exposición a los pesticidas. Asimismo, se ha puesto en marcha una campaña en defensa de una alimentación libre de tóxicos y de políticas que apoyen la agroecología.
Durante el seminario en línea del pasado 5 de mayo “Alimentos envenenados, ecosistemas envenenados: cómo se trabaja para conseguir comunidades libres de pesticidas”, organizado por FIAN Internacional y con la ayuda de la Fundación Rosa Luxemburgo, ponentes en representación de grupos medioambientalistas, campesinos/as, trabajadores/as, estudiantes y consumidores compartieron cómo las comunidades en lucha contra la captura corporativa en la agricultura lograron posicionar esta lucha hacia la construcción de sistemas de alimentación basados en la agroecología, compartiendo las soluciones, retos y métodos puestos en marcha.
“No únicamente hablamos, estamos actuando”, afirmó Usha Soolapani al exponer la batalla que las mujeres campesinas de su organización Thanal lideraron en 2003 contra la fumigación aérea del altamente tóxico insecticida endosulfan sobre las plantaciones de anacardos en Kerala. El resultado de esta lucha activa fue el establecimiento y la promoción de un sistema de agricultura orgánica en el estado indio, así como la puesta en marcha de mercados locales que conectan a los campesinos y campesinas con los/las consumidores con la ayuda de las redes sociales.
Jorge Acosta, de la Asociación Sindical de Trabajadores Agrícolas que ayuda a los trabajadores/as de la industria bananera en Ecuador en la lucha por la defensa de sus derechos a la alimentación y a la salud, puso de relieve la importancia de informar y educar a la población sobre los devastadores efectos de bombardear los cultivos con pesticidas.
“Es necesario que sigamos poniendo en marcha campañas de concienciación y continuemos dando voz a nuestros/as trabajadores/as y a la sociedad civil, de tal modo que podamos impulsar la erradicación del uso de pesticidas”, señaló Acosta durante el seminario.
Tal y como subrayó Acosta, las plantaciones bananeras de Ecuador son fumigadas de 40 a 44 veces al año y los nocivos químicos que flotaban en el aire estaban siendo constantemente inhalados por los trabajadores, trabajadoras y sus familias. Como consecuencia, muchas de estas personas sufren severos problemas de piel y graves afecciones respiratorias, que a su vez los ha hecho más vulnerables frente al Covid-19.
Valeria Burity, de FIAN Brasil, pidió la acción urgente de los estados latinoamericanos para “detener la puesta en marcha de acciones reguladoras que promuevan el aumento en la demanda del uso de pesticidas”, así como para proteger el derecho de las personas a los bienes comunes.
El constante e indiscriminado uso de pesticidas en los sistemas de producción de alimentos controlados por las corporaciones en ocho países de América Latina y Caribe ha sido denunciado por las secciones de FIAN Internacional en la región a través de la reciente publicación “Agrotóxicos en América Latina: violaciones del derecho a una alimentación y a una nutrición adecuadas”.
El estudio de 108 páginas conecta los múltiples niveles en los que el derecho a la vida, a la salud y a una alimentación y nutrición adecuadas son sucesivamente vulnerados a través de la “captura” de los estados latinoamericanos y caribeños llevada a cabo por las corporaciones transnacionales de la agroindustria, que hace posible el uso incontrolado de pesticidas.
“Es necesario que las organizaciones, los/as líderes y los movimientos que luchan contra la expansión de los pesticidas unan de nuevo sus fuerzas”, ha recalcado Valeria Burity de FIAN Brasil, haciendo hincapié en la necesidad de crear alianzas más amplias y fuertes que luchen contra el aumento en el uso de agrotóxicos en los monocultivos, así como contra las violaciones del derecho a la salud y a una alimentación y nutrición adecuadas.
Asimismo, Burity alzó la voz solicitando la eliminación de los “doble estándares” en la práctica de los países ricos del hemisferio norte al exportar pesticidas prohibidos y peligrosos a los países pobres del hemisferio sur.
En este sentido, Susan Haffmans, de la Red de Acción en Plaguicidas (PAN) Alemania, explicó que su organización ha estado poniendo de relieve el importante beneficio que las grandes compañías obtienen a través de la aplicación de “doble estándares” además del impacto directo que esto tiene sobre los derechos medioambientales y el derecho humano a la salud.
Según subraya Haffmans, las campañas de PAN dirigidas a los países europeos y destinadas a poner fin a la exportación de pesticidas prohibidos están llegando a áreas de política internacional. Asimismo, PAN está también involucrado en diversas campañas sobre el territorio en todo el mundo y en actividades para la protección de las especies polinizadoras y por el fin de la deriva de plaguicidas o el transporte aéreo de pesticidas de un área de aplicación a un lugar no deliberado.
Charlotte Dreger, de FIAN Internacional, examinó las experiencias de transición hacia sistemas alimentarios y comunidades libres de agrotóxicos y concluyó que las campañas llevadas a cabo “a nivel local han jugado un papel muy importante en la lucha que conecta con las demandas hechas a nivel internacional”. Asimismo, el estudio de investigación que se publicará el próximo mes de junio “Transición hacia sistemas alimentarios libres de agrotóxicos: imaginación más allá de los marcos regulatorios” corrobora las conclusiones de Dreger.
“Todas las luchas contra los pesticidas van claramente de la mano con las demandas generales por una profunda transformación de los sistemas alimentarios hacia la agroecología”, ha continuado Dreger.
Angélica Castañeda, de FIAN Internacional, ha añadido que la implementación de sistemas alimentarios basados en la agroecología “está en las manos de la gente”, y ha subrayado la necesidad de establecer “convergencias más fuertes” entre los movimientos sociales y crear alianzas en la lucha contra los pesticidas.
El seminario cerró con la participación del Relator Especial sobre Substancias Tóxicas y derechos Humanos, Marcos Orellana, quien ha enfatizado que las comunidades han estado pagando el precio de “la intoxicación de nuestro planeta” a través del uso de pesticidas, resultando en violaciones de los derechos humanos que “son inaceptables”.
“Estamos ante una crisis de toxificación del planeta. Basarse simplemente en la mitigación no resuelve el problema y es contrario a los derechos humanos. Es claro que los instrumentos que existen están fallando y que los dobles estándares generan discriminación. Necesitamos un cambio”, ha concluido Orellana.
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